top of page
 
Introducción
 

 

Como respuesta a las demandas del contexto social, en el segundo semestre de 2011, se reformula el modelo educativo procurando congruencia con su misión y su visión con el propósito de acercarse lo más posible a un ideal de universitario y a un proyecto de ser humano. A través de la formación de personas autoconscientes de la multidimensionalidad de su realidad, con el fin de asumir el proceso de  autorrealización como responsabilidad, surge así para la UAT, el denominado Modelo Humanista Integrador basado en Competencias (MHIC), bajo los principios antropológicos, axiológicos y gnoseológicos como una manera de considerar al ser humano en una sociedad compleja.

 

        Dentro de las finalidades educativas del MHIC, se pretende propiciar en los estudiantes una formación humanista e integradora, bajo un modelo basado en competencias, de tal forma que comprendan los aspectos económicos, políticos y culturales de la sociedad local o global, así como su inserción laboral, basados en el humanismo integral y la autorrealización.

 

       Por lo tanto, el objetivo del MHIC es facilitar a los universitarios, experiencias educativas para tomar consciencia de su realidad multidimensional y de los bienes que les permitan integrar su concepción de vida desde una perspectiva ética.

 

       Los retos a los que hace frente el MHIC son: atender la necesidad de calidad educativa, un modelo educativo basado en competencias pero con una visión humanista, un currículo semiflexible, pertinencia curricular con los nuevos perfiles de egreso a través de la definición de competencias genéricas y específicas a partir de su contexto profesional, la inclusión de un enfoque socio-constructivista que está centrado en el aprendizaje, además de la incorporación de las TIC al proceso educativo.

 

       Considerando que desde la perspectiva de este modelo educativo denominado MHIC, es el estudiante el protagonista de su propio aprendizaje, se pretende como resultado, lograr los aprendizajes: declarativos, procedimentales y actitudinales, de tal forma que el estudiante desarrolle para su egreso las competencias genéricas y específicas de su profesión, y, de esta manera dar cumplimiento al Proyecto Institucional definido como Humanista Integrador para una formación y un desempeño profesional exitoso.

 

 

       Lo anterior a partir de la adecuada y semiflexible estructuración curricular definida mediante campos formativos, que fortalezca el perfil de egreso, para lo cual se han considerado: la unidad de aprendizaje, el programa sintético, el programa analítico, el tronco común divisional, las áreas de conocimiento, la actividad integradora y el perfil de egreso, así como las fases del Diseño curricular. Sin olvidar las posturas constructivistas y su impacto.

 

 

       Por lo tanto, la finalidad en la intervención pedagógica es, desarrollar en el estudiante la capacidad de realizar aprendizajes significativos en una amplia gama de situaciones y circunstancias que le permitan actuar y pensar sobre saberes significativos y contextuales. Por lo que el aprendizaje debe caracterizarse por tres dimensiones: el desarrollo de capacidades intelectuales, la oaplicación del conocimiento adquirido y la búsqueda del bien común, resaltando las características más significativas del estudiante desde este modelo educativo.

 

 

       En el MHIC, conforme a lo que se ha planteado con anterioridad, también se espera que el docente sea un gestor del aprendizaje con la capacidad de “privilegiar estrategias didácticas que conduzcan a sus estudiantes a la adquisición de habilidades cognitivas de alto nivel, a la interiorización razonada de valores y actitudes, a la apropiación y puesta en práctica de aprendizajes complejos, resultado de su participación activa en ambientes educativos experienciales y situados en contextos reales” (Díaz Barriga Arceo y Hernández Rojas, 2010:2).

 

 

       Por lo tanto, el papel del docente y la evaluación, demandan la atención a los procesos del estudiantado, por lo que se requiere tener claro en el proceso de aprendizaje, lo que implica evaluar y conocer el papel del estudiante, como responsable de su propio desarrollo intelectual, psicomotriz y afectivo.

bottom of page